Ahora bien, un emprendimiento
propio permite manejar los propios tiempos, la carga de trabajo y da más
flexibilidad para desarrollar la vida laboral junto con la familiar, aunque
a veces exige trabajar 24 horas sobre 24 horas y dedicar incluso fines de
semana al proyecto.
Algunas ideas para conseguir llegar a todo y no morir en el intento:
- Poner especial empeño en la planificación de horarios y actividades. Intentar mantenerla a pesar de los imprevistos.
- Destinar espacios de tiempos de dedicación exclusiva para la familia y tener bien delimitado el horario de trabajo.
- Si por algún motivo, el trabajo absorbe más dedicación, pensar cómo recuperar el tiempo que no se dedicó a la familia. Si no se lo hace, con frecuencia el trabajo termina ocupando todo el tiempo.
- Tener claras las motivaciones. Si la conciliación fue una de las claves para decidirse por un emprendimiento, es señal clara de que la prioridad la tiene la dedicación a la familia. Esta primacía tiene que verse reflejada en el uso proactivo de una agenda, dando valor a lo importante y sabiendo que muchas veces lo urgente debe esperar.
- Buscar la manera de distanciarse del trabajo durante un tiempo, ya sea en el día (si se está en casa trabajando), los fines de semana o en el período de vacaciones.
- Levantar fronteras físicas entre el trabajo y la familia. A veces puede ser estar encerrada, pedir no ser interrumpidas hasta un horario, pero también es aclararle a un cliente que llama a la hora de la cena que será bien atendido al día siguiente.
- Aclarar las urgencias del hogar y del trabajo a otras personas implicadas como pueden ser el esposo, los hijos, la mucama u otros colegas y compañeros de trabajo para lograr su comprensión y apoyo.
- Saber delegar todo lo necesario, no pretender estar en los dos ámbitos: trabajo – familia tratando de cumplir para llegar a todo. Saber fomentar el trabajo en equipo, en el emprendimiento y en el hogar, para crear un ambiente de colaboración, comunicación y confianza entre todos.
- Sacar adelante un emprendimiento y ser en muchos casos la propia "jefa" lleva a no tener quién la controle, por eso es importantísimo saber conjugar la proactividad (que es una combinación de iniciativa, pasión y ambición) con el autoliderazgo (que se refleja en la disciplina a la hora de tomar decisiones con una buena cuota de autocontrol y equilibrio emocional).
El principal reto de una emprendedora, más allá de no perder de vista el punto de equilibrio y sus ansias de hacer crecer su negocio, será ser capaz de afrontar esos desafíos, con espíritu innovador, creando no sólo valor económico sino sobre todo sabiendo construir y dirigir su desarrollo profesional de la mano de su trayectoria personal y familiar. Y correrá con una ventaja ya que al final del día, podrá "sacar las cuentas" y comprobar si su propia cuenta de resultados es de saldo negativo o positivo. Seguro que si pone por delante su familia, su negocio será un éxito, porque la dedicación a los seres queridos es fuente inagotable de satisfacción y motivación.
27 de julio 2018